¿Ya hemos jugado con la OMC?

26.02.2013 — Informes analliticos

Rusia puede denunciar el acuerdo sobre la entrada en la Organización Mundial de Comercio. Los primeros meses en la Organización Mundial de Comercio han llevado a pérdidas de presupuesto, daños en varios sectores, así como a la tensión social en el país. Las principales personalidades del estado afirman que los productores locales son más importantes que la OMC. El gobierno demuestra su disponibilidad a proteger a los empresarios. Pero, tal y como aclaró el corresponsal de "RusBusinessNews", hay muchas dudas de que salga algo bueno de todo eso: el estado arcaico y corrupto expresa su apoyo, pero al mismo tiempo entierra la actividad empresarial cada vez más profundo.

Rusia ha tardado 17 años en entrar en la Organización Mundial de Comercio. La negociaciones han sido difíciles, también porque en el establishment ruso convivían varios puntos de vista en relación a este paso. Un parte de los economistas y empresario opinaba que la OMC permitiría "defender sus intereses de forma regular", por ejemplo, abriría los mercados extranjeros para la producción de acero. Sus adversarios pronosticaban serios problemas en una serie de sectores: industria aeronáutica, agricultura, maquinaria, entre otras. Los peritos del centro analítico "VTO-Inform" incluso calcularon pérdidas económicas según la región: digamos que predecían que en la Región de Sverdlovsk para el año 2020 desaparecerían 160 mil puestos de trabajo, y en la de Chelyabinsk los volúmenes de producción se reducirían un 16%.

Las discusiones fueron paradas en 2011 por Dmitry Medvedev, que era el presidente de la Federación de Rusia en aquel entonces y que literalmente cogió el país de la mano y lo llevó a la OMC. La firma del acuerdo sobre la membresía en esta organización él consideró un acontecimiento importante: "Creo que la entrada de Rusia en la OMC es una victoria de verdad. Nos ha costado mucho llegar hasta aquí, hemos tenido que trabajar muy duro. Este resultado llevará a nuestro país a otra liga. Espero que sea un buen catalizador que cambiará el clima de inversión".

Han pasado seis meses y los peritos decidieron analizar cómo los productores defienden sus intereses con ayuda de la OMC. El vice-jefe de "VTO-Inform" Vyacheslav Pronin afirma que los pronósticos pesimistas del centro analítico se han cumplido completamente: la cantidad de producción extranjera ha aumentado drásticamente, mientras que la exportación ha permanecido en el mismo nivel, por lo cual Hacienda empezó a perder dinero. Bajo la presión de las empresas extranjeras las autoridades rusas renuncian proteger a sus productores: por ejemplo, primero las tasas de reciclaje de automóvil eran pensadas sólo para los automóviles importados, sin embargo después se extendieron también a los demás.

Según el vice-jefe del director de "ChTZ-URALTRAC", S.L. Aleksandr Gordeev, en relación calidad precio los tractores fabricados en Chelyabinsk hoy día pierden ante los extranjeros. Aprovechando el apoyo del gobierno de China, las empresas de este país pueden mantener precios bajos y fundar en Rusia redes de servicios de asistencia técnica de manera muy activa. Por culpa de ello la Fábrica de Tractores de Chelyabinsk sufre dificultades: en 2012 su participación en el mercado interno se redujo de 36 a 28%, y en 2013 la situación sigue empeorando.

El ejecutivo afirma que la OMC no ha traído a su fábrica ningún beneficio. La entrada de Rusia en la organización comercial ni siquiera ayudó a reducir los gastos o a estimular la modernización: la fábrica no se puede permitir importar maquinaria, puesto que no han sido abrogados el impuesto sobre valor añadido ni los derechos de entrada. La lista del equipamiento no sujeto a impuestos es confeccionada por el gobierno federal, y las máquinas que necesita la Fábrica de Tractores de Chelyabinsk no están en ella.

No obstante, las empresas que antes de pertenecer a la OMC no pagaban derechos de entrada por el equipamiento importado que no se fabricaba en Rusia, tampoco están en mejor situación.

Un representante de la Fábrica Laminadora de Tubos "ChTPZ", S.A. informó "RusBusinessNews" que en 2012 y a principios de 2013 no ha habido ningún cambio significativo en los volúmenes de producción. La importación de los tubos en Rusia que afecta la carga de las empresas locales, en el cuarto trimestre de 2012 incluso bajó un 10%, pero eso sucedió a causa de una reducción drástica de importación ucraniana, puesto que resultó que Gazprom no necesitaba tubos de gran tamaño. No obstante, la importaciones provenientes de otros países subieron un 8% en total. En el cuarto trimestre del año pasado China aumentó las ventas un 25% en comparación con el año 2011. Han crecido significativamente las importaciones de los tubos de Malasia, cuya participación hasta aquel momento era ínfima.

Pero abrir lo mercado extranjeros a la producción rusa de acero la OMC no ayudó. Por una parte, la exportación de Rusia a cualquier país perteneciente a la OMC en este momento no está limitada por ninguna supermedida. Pero por otra parte, las ventas en los mercados extranjeros siguen siendo imposibles debido a que las medidas antidumping aceptadas por la UE y Ucrania en relación a los tubos rusos aún antes de la entrada de Rusia en la OMC siguen vigentes.

V. Pronin apunta que la Organización Mundial de Comercio no puede ayudar a Rusia a subir las exportaciones. Occidente ha aprendido a proteger sus mercados además de la OMC: se trata de las barreras en forma de reglamentos técnicos, para superar los cuales hace falta mucho dinero, así como de los subsidios ocultos a los productores locales y una serie de requerimientos a los importadores. Por ejemplo, para vender cosechadoras combinadas en Alemania hay que abrir en este país una fábrica con no menos de 1000 puestos de trabajo.

Es evidente que en las próximas décadas los rusos no van a construir en Alemania una fábrica productora de cosechadoras combinadas o de otra maquinaria, ya que la cultura de la producción en estos dos países es demasiado diferente. Un representante de la Fábrica de Automóviles "URAL", S.A. explicó al corresponsal de "RusBusinessNews" por qué en el Occidente no hay y nunca habrá camiones como el Ural: "Allí hay carreteras, no necesitarán nuestros todoterrenos "de piedra". Además tampoco podrán realizar la asistencia técnica, pues ellos utilizan medios electrónicos, mientras que a nosotros nos valen un mazo y un martillo. No obstante, tenemos un hueco que llenar en los países de tercer mundo, donde no existen carreteras ni especialistas cualificados de asistencia técnica".

Asimismo, a las empresas como la Fábrica de Automóviles URAL no les va ni les viene la entrada del país en la OMC: las ventas no se han aumentado ni se han reducido. En cuanto a las tecnologías modernas, tampoco ha cambiado mucho, siguen en el mismo estado, en mal estado. El Comité de Coordinación para el Control Multilateral de Exportaciones (CoCom) creado a fin de controlar las exportaciones de los países desarrollados en la URSS, de hecho, ha dejado de existir, mientras que las limitaciones en cuanto al suministro de las tecnologías punta permaneces vigentes. Aunque a la Fábrica de Automóviles URAL no le hacen falta: no se puede crear nada nuevo sin romper con lo viejo.

Los peritos creen que el mayor problema de Rusia no está en que no tenga un camión competitivo, sino en que el país entró en la OMC sin antes aprender a hacerlo. La lógica de la Organización Mundial de Comercio es no dejar trabajar a quien no hace las cosas bien. En los 17 años de negociaciones los fabricantes rusos de maquinaria, con un nivel normal de inversiones, ya podían aprender a "hacer las cosas bien". Ahora ya es tarde, puesto que la OMC no deja acumular inversiones.

Quienes tienen la culpa por los años desaprovechados no son tanto los empresarios, como el Estado. El político Ivan Starikov opina que, antes que todos, es el sistema de poder estatal, arcaico y torpe, que ha resultado incapaz de existir en el contexto de una organización global de comercio. Según Vyacheslav Pronin, todos, incluidos los políticos, preveían las consecuencias de la entrada en la OMC, pero había un objetivo, y lo cumplieron. Y después llegó lo que ya se esperaba. Los empresarios se enfurecieron. Dmitry Medvedev, el presente jefe del Gobierno sintió su furia, declaró que la OMC no es un objetivo propio y prometió apoyo a los productores.

Pero de facto está sucediendo algo absolutamente opuesto. El primer vice-presidente de la Unión de los Constructores de Máquinas de Rusia Vladimir Gutenev culpó a los políticos de la destrucción del mercado laboral. Según él, las autoridades regionales rusas no paran de aumentar las cuotas para recibir inmigrantes, cuyo número ya asciende a varias decenas de millones. Y esto está pasando junto con la desaceleración del crecimiento económico y la reducción de los puestos de trabajo entre las personas autóctonas, quienes, al fin y al cabo, son los que determinan el desarrollo productivo consumiendo los bienes. Aumentando las cuotas para atraer más mano de obra extranjera, los políticos reducen el consumo interno, puesto que los inmigrantes mandan todos sus pequeños sueldos a casa en concepto de remesas.

En estas condiciones sólo una persona muy poco seria puede esperar que la OMC sea "un catalizador que cambie el clima de inversiones en el país".

Vladimir Terletskiy