Síndrome innovador a la rusa

30.10.2012 — Informes analliticos

Empresarios estadounidenses han propuesto a las universidades más importantes de Rusia sacar del baúl estudios con perspectiva e introducirlos en el mercado occidental. Los expertos dicen que esta cooperación no será fácil, ya que Rusia aún no es capaz de construir un sistema de generación de innovación. Un papel seriamente destructivo en este asunto es el que desempeña la mentalidad nacional, formada durante siglos en la represión, la destrucción y el hambre. Pero como aclara el corresponsal de "RusBusinessNews", la situación está cambiando: los estudiantes de hoy están listos para las relaciones capitalistas en mayor medida que sus profesores.

A finales de septiembre de 2012, abogados y empresarios estadounidenses compartieron en Ekaterimburgo experiencias en relación a la protección de la propiedad intelectual y comercialización de trabajos universitarios en los Estados Unidos. Representantes de la compañía Bastille, la empresa de abogados Fish & Richardson y la Universidad de Ciencia y Tecnología del Estado de Missouri, hablaron a sus colegas de los Urales, acerca de los mecanismos para la obtención de patentes y marcas, la transferencia de tecnologías y la transmisión de derechos de patente.

Al principio parecía que los estadounidenses se equivocaron de dirección: El derecho de patente no es el problema más urgente en Rusia. En un país donde hay muy pocos de estos científicos y los inventos están hechos sólo para defender su tesis, las patentes interesan a una parte muy pequeña de la comunidad profesional. Las estadísticas hablan por sí solas: los extranjeros patentan en Rusia más inventos que los propios rusos. Por ejemplo, el número de solicitudes de los inventores rusos ha aumentado en los últimos años en un 13%, mientras que el de la de los extranjeros, 2,8 veces. Los más activos son los Estados Unidos, Japón, Corea, Alemania, Francia y Suiza.

Según la abogada de patentes Venera Murzakaeva, se patentan principalmente trabajos de alta tecnología en el ámbito de las telecomunicaciones, comunicaciones, automatización de producción, etc. Después de la adhesión de Rusia a la OMC y de reducir varias veces las tasas, el flujo de pedidos desde el extranjero aumentó de manera significativa. Los extranjeros, de acuerdo con el experto, se dan toda la prisa que pueden prisa para tomar el mercado y dificultar el trabajo a los competidores.

La motivación de los solicitantes rusos es un poco diferente: los científicos quieren fijar su prioridad e informar a la dirección de la universidad. Algunos de ellos ni siquiera necesita una patente: llevan a cabo la solicitud sólo para recaudar fondos para una posterior investigación. La comercialización es muy difícil, la mayoría de ellos, de acuerdo con V.Murzakaeva, va a la papelera. Las licencias se venden muy raramente, ya que entre los científicos y la industria no hay un intermediario en forma de transferencia de empresas capaces de evaluar la tecnología en la etapa de su elaboración.

El vicerrector adjunto de la Universidad Federal de los Urales Evgeniy Kopelyan señala que para los intermediarios comerciales en Rusia no hay demanda. En la industria del petróleo y el gas y el acero hay mucho que modernizar, y los científicos están dispuestos a participar de forma activa en este proceso. Pero nadie se da prisa en encargarles investigaciones, ¿para qué gastar dinero en nuevas tecnologías si el alto precio de las materias primas y los productos de menor coste de producción cubren los gastos de dicha producción? En consecuencia, no hay empresas que persigan las patentes.

Además está el aspecto económico y moral: en Rusia a una escala mayor que en los Estados Unidos, se está copiando la tecnología sin permiso. Sucede que el "robo" no es una invención, sino que lo que pasa es que un profesor particular, sin el conocimiento de la universidad, vende a las compañías una nueva solución tecnológica. Mientras tanto, en los Estados Unidos cuando se detecta este tipo de innovadores, son despedidos y a las empresas piratas les llueven las reclamaciones. Muchos empresarios, dice el director ejecutivo de Bastille LLC Bradley R. Larschan, están de acuerdo con las reivindicaciones y pagan una indemnización. Aproximadamente un tercio de las disputas va a juicio, que en el 90% de los casos se muestra del lado de los propietarios de las patentes.

En Rusia, según V.Murzakaeva, es muy difícil para la universidad proteger el derecho sobre la tarea realizada: los jueces no comprenden las sutilezas del proceso de patentado. Obviamente, a un nivel de mayor calidad se les debe enseñar la disciplina no sólo a los ingenieros, sino también a los abogados. Hasta el momento, entre los profesores de derecho de patentes hay más aficionados que profesionales. No hay muchos de éstos últimos en las sociedades de inversión las cuales, tienen poca o ninguna experiencia de comercialización debido a la desconfianza total hacia ellos por los científicos, que temen que haya fugas de información. Todas estas razones difícultan sobremanera la formación de la innovación del mercado en Rusia.

La ausencia de una fuerte demanda de innovación de la industria muestra un gran interés por parte de los científicos rusos para experimentar la comercialización en los Estados Unidos. El Director del Centro de Transferencia de Tecnología de los Urales Ilyas Paderin considera que el desarrollo se puede vender a nacionales y extranjeros. La reunión de Ekaterimburgo ha mostrado que los estadounidenses están dispuestos a patentar a sus expensas los inventos con perspectiva y venderlos a las empresas interesadas. Se propone repartir los ingresos a partes iguales.

El experto está convencido de que esta es una salida para la economía doméstica, pero los científicos rusos están limitados en sus capacidades, ya que muchas áreas de investigación en Rusia fueron suspendidas debido a la degradación del complejo militar-industrial, y la pequeña empresa a largo plazo no se desarrolló. El potencial de innovación de Rusia, cree I.Paderin sólo puede restaurarse en el futuro, acumulando bagaje intelectual y una mejora en las etapas del proceso de fabricación en la industria. Las autoridades tienen que incentivar a las grandes empresas a trabajar con las universidades, donde ahora se están actualizando las instalaciones de toda índole. Los científicos deben involucrarse para resolver los problemas específicos de producción, y luego recibir, mediante abogados profesionales, patentes en los estados Unidos, Europa, Asia, y competir en un mercado ilimitado, tal y como lo hacen las empresas más importantes del mundo.

Según Evgueniy Kopelyan, la sólo práctica mostrará si Rusia puede utilizar la experiencia extranjera, que se ha ido acumulando en los últimos treinta años. El levantamiento de sus propios sistemas de la generación de innovaciones puede, asimismo, llevar décadas. Los expertos esperan que no sea en vano: las jóvenes generaciones rusas invitan al optimismo.

Vladimir Terletsky