Rusia está en busca de un antídoto para la expansión china

02.05.2012 — Informes analliticos

En Ekaterimburgo, tuvo lugar el primer ciclo de conferencias de Yeltsin. El tema de la conferencia científica dedicada a la memoria del primer presidente ruso Boris Yeltsin, fue la estrategia de cooperación entre Rusia y Asia central en los ámbitos económico y político. Los motivos para el debate fueron algunos problemas graves que enfrentan los países de la región vecina. Los expertos no excluyen que en un futuro próximo una vez más se inicien nuevos motines en Kazajstán y den inicio a colisiones entre los tayikos, uzbekos y kirguises.

En Tayikistán, según el doctor de las ciencias económicas, Vakhob Vakhidov, los problemas económicos se agudizan: la falta de energía, agua y tierra, la caída de la producción y la reducción de las siembras. Simultáneamente a esto, transcurre un crecimiento de la población y un crecimiento de los sentimientos nacionalistas. A los tayikos los indigna que los uzbekos, los cuales una vez fueron amigables, les cierran el gas y las carreteras, hacen un riego ineficiente del algodón y lo más importante no dan su consentimiento para la construcción de la central hidroeléctrica de Rogun, que no solo eliminaría el problema de la escasez de la electricidad y agua, sino también permitiría vender su excedente a sus vecinos.

Tayikistán sobrevive principalmente gracias a los trabajadores migrantes que van de trabajar a Rusia. Los tayikos esperan la ayuda de los últimos y en la reconstrucción de la economía: según la profesora de la Universidad Ruso-Tayika, Guzel Maitdinova, la corporación para el desarrollo de Asia central, creada por los rusos, debe centrar sus esfuerzos en la formación de especialista, la creación de nuevos empleos, el abastecimiento de agua, electricidad y alimentos al país.

Mientras tanto, Alexandr Knyazev, del Instituto de Estudios Orientales de la RAS, informó al columnista de "RusBusinessNews" que Rusia ayudará a Tayikistán y Kirguistán a cambio de concesiones políticas por parte de ellos, lo que no se observa hasta ahora: ambos países no se apresuran a apoyar a Rusia en su disputa con China. Moscú, por su parte, prefiere no intervenir en el conflicto de los tayikos y uzbekos ya que los mismos no quieren escuchar los unos a los otros y utilizan la escasez de agua como una herramienta de presión sobre su vecino. A. Knyazev cree que los países de Asia central mantienen una posición irresponsable y miope, por la que pronto podrían desaparecerse del mapa del mundo: el experto predice que para el 2040 en el mundo no habrán más de 50 países.

Tayikistán y Kirguistán, entre ellos seguramente no estará porque son muy débiles. Los mercados de estas ex repúblicas soviéticas son tan minúsculos que Rusia ni siquiera los considera para ser miembros de la unión aduanera establecida para proteger el espacio post -soviético contra la expansión económica de China. Por el contrario, Moscú cree que la unión de las repúblicas de Asia central sólo va a empeorar la situación abriendo las puertas para la reexportación de los bienes desde China a Rusia, Bielorrusia y Kazajstán. Este último, cansado de luchar contra el flujo de drogas y el contrabando desde el sur, está considerando la creación de una "cortina de hierro" para los vecinos.

Mientras tanto, los expertos consideran que es necesaria la unión de esfuerzos de las antiguas repúblicas de la Unión Soviética para luchar contra la política de fuerza utilizada por China en la región. De acuerdo con Ksenia Muratshina, de la Universidad Federal de los Urales, China desde 1997 ha aumentado el consumo de agua varias veces y continúa construyendo más canales a pesar de las objeciones de los vecinos. El río Irtysh se seca lentamente, sin embargo, no hay forma jurídica en los acuerdos bilaterales para la compensación de los daños causados a la naturaleza. China se opone a la conclusión de un acuerdo único que regule el uso del agua en la región.

Rusia no tiene ningún mecanismo de influencia ante China: la Organización para la Cooperación de Shanghai desde hace mucho tiempo es un frente para promover los intereses de China en el espacio post-soviética. Alexandr Knyazev está convencido de que la política de fuerza de China debe ser respondida adecuadamente: una de estas medidas puede ser, por ejemplo, la expulsión de Rusia de todos los inmigrantes chinos. Los colegas del experto dudan de que una acción dura pueda ayudar: China con una economía en su conjunto de 9 billones de dólares y la UE con 12 billones de euros, literalmente desgarra a Rusia en dos partes, haciendo que su economía funcione solo para sí mismo.

El jefe de la Asociación de Planificación Estratégica de la Cooperación Transfronteriza, Alexandr Sobyanin, dijo que entre más el país recibe inversión en el sector de las materias primas, mayor será el estiramiento de los centros de poder de influencia. Invertir en el sector no primario en la situación actual no tiene sentido: la participación de la industria manufacturera en Rusia ha estado disminuyendo constantemente, mientras que la educación se degrada. Rusia, con el fin de sobrevivir, según el experto, debe unir su territorio con los ferrocarriles de este a oeste y de norte a sur. Anteriormente, esta función era realizada por el ferrocarril Transiberiano y Turksib. Hoy en día la primera línea no cumple con estas tareas y la segunda fue completamente desmontada.

Unir su territorio nuevamente, según A. Sobyanin, se podrá sólo si se conecta la carretera Chuya y el valle de Fergana con salida al Océano Índico, si se tiende una vía ferroviaria en el norte hasta Chukotka con salida al océano Pacifico, así como la creación de una vía ferroviaria transiberiana por encima de la actual línea Baikal-Amur. Para que estos proyectos se realicen debemos construir en las costas de los océanos puertos en aguas profundas. Los intereses económicos del país, según el experto, permitirán encontrar solución a los problemas de seguridad. La unión del territorio permitirá cambiar fundamentalmente la naturaleza del desarrollo de Rusia: una salida autónoma a los océanos permitirá que las inversiones extranjeras trabajen en el fortalecimiento del país a no dividirlo.

El investigador titular del Instituto de Historia y Arqueología de la subdivisión de la RAS en los Urales, Konstantin Zubkov, duda que la Rusia actual será capaz de crear líneas ferroviarias a los océanos Índico y Pacífico. Hace una década, en el Distrito Federal de Ural, se pensó construir un ferrocarril más modesto a lo largo de la cordillera de los Urales, pero más allá de las conversaciones no llegaron.

Vladimir Terletsky