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Rusia va a ser convertida en un vertedero de eficiencia energética

Rusia va a ser convertida en un vertedero de eficiencia energética

26.01.2011 — Informes analliticos


A partir del 1 de enero de 2011 en Rusia estará prohibida la venta de bombillas de 100 watios. A los consumidores se les ofrece una alternativa: bombillas luminiscentes compactas más económicas. Mientras tanto, muchos expertos creen que con el cambio de bombillas, las cantidades a pagar en los recibos de luz no cambiarán mucho. Y a nivel estatal, este ahorro en bombillas, es como una picadura de mosquito para un elefante. Sin embargo, China y Europa, los principales fabricantes de bombillas energéticamente eficientes, podrán llenar sus bolsillos. Además, los propios países europeos quieren dejar de usar este tipo de bombillas. Como averiguó el corresponsal de "RusBusinessNews", su nuevo mercado de venta es Rusia.

El Estado presta atención a nuevas bombillas luminiscentes compactas

La prohibición de venta de las bombillas conocidas como "bombillas de Ilyich", tiene que ser impuesta poco a poco durante tres años. Dentro de dos años desaparecerán de las tiendas las bombillas tradicionales de 75 watios de potencia, y en 2014 en el país dominarán las bombillas luminiscentes. Así el gobierno se propone hacer que los consumidores ahorren energía eléctrica.

A pesar de la prohibición, las bombillas de 100 watios, se pueden ver en los escaparates de casi todas las tiendas especializadas. A principios de 2011 las ventas de las bombillas se dispararon: la gente se aprovisionaba del producto: en vez de una bombilla compraban cinco de una vez. Según los vendedores, a los retailers se les permitía vender los restos de la producción, pero no va a haber más entregas. Como le fue comunicado a "RusBusinessNews" en el supermercado ekaterinburgués "Electromir", todas las reservas de bombillas de 100 watios fueron vendidas ya en diciembre de 2010, y no hubo más demanda de este artículo.

Sospechamos que los vendedores no dicen toda la verdad, pues algunos simplemente ignoran la prohibición. Además, no está prevista ninguna sanción por la venta del producto prohibido. Hasta ahora sigue sin estar claro quién tiene que controlar la actividad de los vendedores: ni el Servicio de Control sobre Consumo ("Rospotrebnadzor"), ni el Departamento contra Crímenes económicos ("OBEP") están autorizados para ello.

Según la opinión de los peritos, lo que podrá hacer que las tiendas cumplan la ley, es la ausencia de la demanda de las "bombillas de Ilyich". Sin embargo, el "amor" a los aparatos nuevos de iluminación, en los rusos, tardará en despertarse. Los más previsores aguantarán algún tiempo usando las de cien watios, alguien pasará a usar las de 75 watios, algo menos potentes.

El argumento principal que hace que la mayoría de consumidores normales no estén a favor de las bombillas compactas luminiscentes, es su precio. Desde el año 2009, cuando fue tomada la decisión de introducir la prohibición gradual de lámparas incandescentes, apenas ha cambiado y asciende a 80-200 rublos por unidad (mientras las de cien watios cuestan 10-15 rublos).

Podríamos pensar que cualquer medio es bueno, que las lámparas energéticamente eficientes consumen cinco veces menos y cunden seis veces más que sus equivalentes tradicionales. El uso masivo de las lámparas incandescentes compactas permitirá solucionar otro problema - reducir la carga sobre las redes eléctricas y, en parte, compensar el déficit de energía eléctrica.

"Será liberada la potencia de transformación, y podremos conectar una parte de consumidores a las redes eléctricas de distribución sin necesidad de gastos adicional que implicaría la construcción de nuevas redes", - aclaró a "RusBusinessNews" el jefe del departamento responsable por el contacto con las autoridades, las organizaciones sociales y la prensa del "MRSK Ural", S.A. Dmitriy Tiukhtin.

Pero no todo está tan bien. Según el jefe de la Dirección analítica del Fondo de seguridad energética estatal Alexandr Pasechnik, la bombilla luminiscente compacta, de hecho, es capaz de funcionar durante quince mil horas, pero sólo de continuo, lo cual es imposible. Si la encendemos y apagamos a menudo, no servirá mucho más tiempo que la "bombilla de Ilyich". Además, esta bombilla es muy sensible a los saltos de tensión, cosa que no pasa pocas veces en Rusia, y puede agotarse en un instante. Las que menos tiempo sirven son las bombillas chinas. Las marcas europeas son más seguras, pero cuestan 300 rublos como mínimo.

Tampoco de podrá ahorrar notablemente el presupuesto familiar, dicen los peritos. Según los cálculos más aproximados, gracias a una bombilla energéticamente eficiente, se puede ahorrar hasta 24 rublos por mes. Pero empezará a rentabilizarse por lo menos un año después de empezar a ser utilizada, y muchas lámparas incandescentes compactas chinas no aguantan tanto tiempo.

Y lo más importante es que las bombillas son las que menos energía eléctrica consumen, entre otros equipos que usamos en casa. Los que más kilowatios aportan a los contadores, son las neveras, las lavadoras, los lavavajillas, los ordenadores y los calentadores de agua, los calentadores eléctricos, etc. Así que incluso después de cambiar todas las bombillas de ahora por las económicas, los pagos por energía eléctrica no "adelgazarán" mucho.

Mercurización de todo el país

A nivel del país, el ahorro en bombillas casi no se notará. Según el analítico principal del Fondo de la Seguridad energética nacional Igor Yushkov, el país atontado por la idea de eficiencia energética, empezó por un lado equivocado. "Es necesario primero introducir tecnologías energeticamente eficientes a nivel industrial, con el fin de suprimir las pérdidas en las redes y durante la producción de la energía. Pero nuestro gobierno desconsideradamente ha empezado por el consumidor normal y corriente", afirma.

En los países de la Unión Europea la prohibición para la venta de las "bombillas de Ilyich" está funcionando desde 2009. Pero hasta ese momento Europa durante muchos años y hasta décadas, investía mucho en la infrastructura energética. En Alemania, por ejemplo, al problema de reducción de pérdidas en las redes, se dedicaron desde los años 70 del siglo 20.

A principios del año 2011, la Unión Europea de repente invitó a los países miembros a legalizar las bombillas incandescentes prohibidas dos años antes y dejar de usar las bombillas luminiscentes compactas. Según los datos del Departamento Federal de Protección de Medio Ambiente de Alemania, el mercurio que contiene la lámpara moderna, es mucho más perjudicial para la salud de lo que se pensaba antes. Si la rompemos accidentalmente, la concentración de la sustancia tóxica en el local superará 20 veces los 0,35 microgramos por metro cúbico de aire permitidos. Además, resulta que en los países europeos sigue sin estar clara la cuestión de reciclaje de las lámparas peligrosas, pues está prohibido echarlas en los cubos de basura o a los vertederos normales.

En Rusia, las cosas están peor aún, ya que no existen puntos de recepción de bombillas ni infraestructura para enterrarlas. El procedimiento está más o menos controlado sólo en Moscú, donde las bombillas son recebidas por Direcciones de Uso de Edificios y Direcciones de Uso y Mantenimiento de Viviendas. En cuanto a Ekaterinburgo, por ejemplo, en la página web de Greenpeace hay información sobre un polígono industrial donde los habitantes pueden llevar bombillas que estén fuera de servicio. Pero en este momento la mayoría de los clientes son empresas y organizaciones que entregan las bombillas al por mayor.

Los peritos están seguros de que al dejar de utilizar bombillas luminiscentes compactas en Europa se estimulará la producción e introducción de las lámparas energéticamente eficientes de tercera generación, los diodos fotoemisores. Según el vicejefe del Instituto de Eficiencia Energética de la Región Sverdlovskaya Vladimir Begalov, éstas són mucho más econónomicas que las luminiscentes y no contienen mercurio. Por cierto, también ya ha aparecido este tipo de producción. Por ejemplo, la empresa de Chelyabinsk "Rosnanosvet", S.L. Semejantes planes tiene también la empresa productora "Oktiabr" (Kamensk-Uralsky, región Sverdlovskaya).

Pero las lámparas luminiscentes compactas en Rusia no las fabrica nadie. En los estantes de las tiendas sólo se ve la producción china y europea. Pocos saben que sobre la conocida marca "Cosmos" venden articulos producidos en China. En la fabrica del Grupo "ONEKSIM" las lámparas de mercurio también van a ser montadas a partir de las piezas chinas.

Según la opinión de Igor Yushkov, los empresarios rusos no están interesados en la organización de este tipo de producción. "Entienden perfectamente que los que tienen futuro son los diodos fotoemisores. No tiene sentido invertir en un etapa intermedio, sobre todo sabiendo que estas inversiones no se compensarán a corto plazo" - dice.

El perito cree que Rusia podría sobrevivir tranquilamente sin lámparas luminiscentes compactas, pasando de las lámparas incadescentes directamente a las lámparas de tercera generación. Con el apoyo estatal, la producción masiva de los diodos fotoemisores podría empezar ya dentro de dos o tres años, o sea, justo para cuando entre en vigor la prohibición para vender las "bombillas de Ilyich".

Sin embargo, el proceso de fabricación e introducción de las lámparas económicas y seguras en Rusia va muy lento, de ahí su precio tan alto (1000-1500 rublos por unidad). Eso pasa porque el gobierno no le da a los fabricantes ninguna señal mínimamente clara sobre los planes relacionados a las bombillas, para el futuro. "El propio gobierno no sabe lo que quiere. Hablan mucho pero no hacen nada" - dice el analítico de la Agencia de la Estrategia Energética Leonid Akhmetshin.

La pasividad de las autoridades rusas le va bien a Europa. Sin que ella misma necesite lámparas luminiscentes compactas, intentará convertir nuestro país en un enorme mercado para la venta de lámparas peligrosas. Así conservará la producción, y por consiguiente, ganancias y puestos de trabajo. Además, el reciclaje de restos que contienen mercurio, correrá a cargo de Rusia.

También China deposita muchas esperanzas en Rusia. Allí en las producciones de este tipo también fue invertido mucho dinero que habrá que restituir. La misión de aportar miles de millones de dólares para el desarrollo de la economía china, de nuevo le ha tocado a nuestro país.

Marina Sirina.

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