"Mechel" arroja polvo a la cara

15.12.2010 — Informes analliticos

El complejo metalúrgico de Chelyabinsk ("Mechel", S.A.) ha comunicado que ha alcanzado éxitos significativos en el asunto de la salvaguarda del medio ambiente. Según datos de su servicio de prensa, la reforma de sus talleres ha permiido en los últimos tres años reducir las emisiones tóxicas a la atmósfera hasta la mitad. Pero los expertos encuestados por el reportero de "RusBusinessNews" sostienen algo distinto: la reconstrucción del horno elevará la productividad de la empresa, pero de ningún modo mejorará las condiciones ecológicas en la región.

El servicio de prensa de "Mechel", S.A. informó acerca de una nueva victoria del medio ambiente: en el complejo metalúrgico de Chelyabinsk (ChMK) el sistema completo de limpieza de gas ha sido reformado en uno de los talleres, el cual dispondrá de cantidades significativas de sustancias peligrosas. Además, "limpiar la chimenea, el recogegotas, el conducto de purificación de gas, y de salida de lodos y la revisión del equipamiento auxiliar también están incluidos en su composición." Todas las actividades han sido realizadas en el marco del un programa ambiental a largo plazo, que sólo los últimos tres años ha reducido las emisiones de sólidos en un 49%. El total de compra de equipo especializado hasta enero de 2012 pasó a ser de 5.000 millones de rublos. A partir de entonces la insistencia del gobernador de la región de Chelyabinsk, Mikhail Yurevich el complejo de Chelyabinsk está obligado a ubicarse en las normas de emisiones máximas permisibles.

El jefe del Departamento de Salvaguarda del Medio Ambiente del Ministerio de seguridad ambiental y en materia de radioactividad de la región de Chelyabinsk Andrei Novoselov considera que el tratamiento de estas cifras debe ser muy cuidadoso. La reducción de emisiones puede estar relacionado con la crisis económica de 2008-2009, y cambiar el perfil de trabajo. Según él, a pesar del Combinado de Chelyabinsk, en el papel al menos, sigue siendo uno de los principales contaminantes atmosféricos, liberando a la atmósfera decenas de miles de toneladas de polvo.

De acuerdo con los datos del Jefe del Departamento de Ecología y Recursos Naturales de la Administración de Chelyabinsk Alexandr Korbut, el Combinado en 2008 liberó a la atmósfera 83.000 toneladas de sustancias nocivas (el 65% de la cantidad total de contaminantes). Pero la producción de coque de la compañía "se lleva la palma" en las emisiones de benzopireno, fenol, formaldehído, monóxido de carbono y metales pesados. Y la separación entre los "rivales" en la planta de acero se está volviendo más importante: de acuerdo con el informe sobre el estado del medio ambiente en 2009, la proporción de las emisiones del Complejo en toda la ciudad ya era del 76,8%.

El centro hidrometeorológico de Chelyabinsk informa que la planta metalúrgico tiene mucho que ver en la contaminación del agua, el vertiendo hasta 30 compuestos químicos en el río Miass: en dichos residuos se localizan hidrocarburos aromáticos, metales, sulfuro de hidrógeno, sulfuros de hidrógeno, fluoruros, cianuros, etc Según las estimaciones, el Combinado vierte anualmente alrededor de 30 millones de metros cúbicos de desechos no tratados.

Mientras tanto, los expertos dudan de que el Combinado haya gastado realmente 5000 millones de rublos en la reducción de emisión de sustancias nocivas. En primer lugar, el mismo volumen de inversiones durante cuatro años es demasiado inverosímil: el programa destinado a tomar medidas medioambientales en la región Chelyabinskaya preve que en los años 2009 y 2010, todas las empresas industriales de la región han gastado en ecología 1.400 millones de rublos. Es dudoso que en el año que queda hasta que llegue la hora X, Mechel invierta en la reduccion de sus vertidos miles de millones de rublos En segundo lugar, los órganos de supervisión dicen que los metalúrgicos usan astucias elementales.

El fiscal para la conservación de la naturaleza en la región Chelyabinskaya Anatoliy Ekimov comunicó a "RusBusinessNews" que enviando dinero para la reconstrucción de la producción, el Combinado de Chelyabinsk se cuida ante todo del aumento de la productividad, y no de la ecología. Por medidas ecológicas, los metalúrgicos entienden inversiones en infraestructura, cuando el departamento de supervisión se refiere a la colocación de filtros, a la construcción de plantas depuradoras, etc. Con esto el Combinado tiene grandes problemas: en la primera mitad de 2010, subraya el fiscal, "Mechel" no destinó ni un rublo a la reducción de emisiones. Sólo bajo la presión de los órganos de salvaguardia de derechos, el Combinado reanudó la construcción de las instalaciones de limpieza mecánica y biológica de aguas residuales, que tenían que haber sido terminadas ya en 2009.

El control llevado a cabo por el ministerio regional de seguridad radioactiva y ecológica mostró que "Mechel" torpedea el plan de medidas de disminución de vertidos, confirmado por el gobernador. En realidad, ni siquiera se ha puesto en marcha para llevar a cabo algunas de ellas.. Las autoridades se vieron obligadas a retirar el permiso para el exceso de emisiones, obligando a pagar multas a los metalúrgicos por superar las normas en una cantidad de 25 veces. A pesar de las sanciones, es poco probable que el combinado cumpla la orden de Mikhail Yurevich sobre la disminución en el año 2012 de las emisiones hasta donde marca la normativa.

Entre tanto los expertos no están seguros de que el cumplimiento de las obligaciones por parte del combinado metalúrgico mejore el entorno ecológico en Chelyabinsk. Los medios que "Mechel" utiliza bajo presión de las autoridades para la disminución de la emisión de vertidos tóxicos no muestran una eficacia perceptible. Como ejemplo valga que en 2006 apareció un sistema de purificación de gas en el complejo que llevaba a cabo la producción de lingotes, se reconstruyó el conducto de retirada de gases y se sacaron los envejecidos hornos. Sin embargo, como mostró el control de la Inspección rusa para la naturaleza y la fiscalía, las salidas de gases en el Combinado no eran herméticas, y los mismos dispositivos se encontraban durante horas en situación de inoperatividad, porque los especialistas del complejo no realizaban a tiempo la revision tecnica de los equipos de purificacion de gases. Por otra parte, los metalúrgicos llevan a cabo el control ecológico en las fuentes de vertido de cuando en cuando. No miden la concentración de algunas sustancias nocivas, aunque por ley están obligados a compararla con las máximas permisibles por las normativas. Ante tal irresponsabilidad del personal del complejo es dudoso que sirva para algo la construccion de los equipos de purificacion.

La fiscalía, que está en lucha por la limpieza del aire y el agua, no ha alcanzado grandes éxitos: multaron a la compañía con 185.000 rublos y atrajeron a la administración las reponsabilidades de varios gerentes. Reiterados intentos de detener la actividad del Complejo de Chelyabinsk no han llegado a nada: el juicio no prosperó, en parte por motivos económicos (el Combinado metalúrgico de Chelyabisnk paga gran cantidad de impuestos), en parte por lagunas en la legislación. Los documentos normativos obligan a las empresas industriales a aplicar en la producción las tecnologías más avanzadas, minimizando la carga a la naturaleza, pero cuando éstas son lo más de lo más, en la legislación no se define. Esta indeterminación, supone el fiscal Anatoliy Ekimov, lleva a la intermitencia en el trbajo de los ecólogos.

Los expertos hace tiempo que han sacado una conexión directa entre el vertido de sustancias nocivas y la salud de la población. Según datos de la dirección de sanidad pública de la administración de Chelyabinsk, un aplastante número de las residentes embarazadas de la ciudad (el 84%) padecen enfermedades crónicas, lo que a priori impide el nacimiento de un niño sano. Y en cuanto al número de enfermedades oncológicas, Chelyabinsk se encuentra entre las líderes de Rusia.

Vladimir Terletskiy