"Rosnano" no encuentra en Rusia tecnologías con perspectiva

14.09.2010 — Informes analliticos

La producción de acumuladores de iones de litio con un coste de 14000 millones de rublos se planea situar en las instalaciones de la fábrica de concentrados químicos de Novosibirsk, incluida en el consorcio"Rosatom". La empresa se levantará en 2011 y dentro de cuatro años podrá dar salida a 12000 acumuladores al año para automóviles ligeros, cargadores y autobuses. Previamente toda la producción se enviará a China, ya que en rusia no existe un mercado de electromóviles. Sin embargo, los socios estiman poder ponerlo en marcha para el año 2015, y con ello aumentar sus ingresos anuales hasta en 17000 millones de rublos.

Rusia no tiene su propia tecnología de producción de acumuladores de iones de litio, pero la solución de "Rosnano" de construir conjuntamente con los chinos una fábrica para su producción ha dado lugar a una reacción inúnivoca por parte de los ingenieros nacionales. Éstos consideran que la corporación estatal debe apoyar proyectos rusos, y no chinos.

El complejo electroquímico de los Urales, también integrado en el consorcio "Rosatom", hace más de cuarenta años que se dedica a la producción de sistemas energéticos de hidrógeno, que junto con una fuente de corriente constante, compone la base del motor eléctrico. En los años 90, los ingenieros del complejo modernizaron el generador electroquímico "FOTON", creado para la nave espacial "Burán", y lo instalaron en automóviles. Los coches funcionan, pero esa tecnología requiere ir más allá.

El ingeniero responsable de la fábrica de reorganizadores químicos del complejo electroquímico de los Urales, Boris Pospelov, dice que los científicos que se están rompiendo la cabeza con ese problema se inclinan hacia la opción de instalar en cada rueda del coche un motor que se alimente del generador. Correspondientemente hay que encontrar las capacidades más económicas para la obtención de hidrógeno y resolver una serie de cuestiones científico-técnicas dirigidas a la disminución del precio del electromóvil, el cual no debe ser representativo de una fábrica química.

El encargado de los laboratorios de fuentes de corriente química del Instituto de electroquímica de alta temperatura UrO RAN, Nikolay Batalov, dice que los generadores químicos son todavía muy caprichosos: no les gusta un régimen de trabajo discontinuo, y por eso los colocan en los electromóviles conjuntamente, bien con los mismos acumuladores de litio, bien con un supercondensador (por éste último camino van los japoneses). Además se reta a los expertos con el trabajo del motor en condiciones invernales: el sistema puede congelarse de forma elemental en las condiciones rusas, puesto que en el proceso químico toma parte el agua. Por otra parte, N. Batalov no duda de que todos los problemas técnicos surgidos tras la creación del generador, sean resueltos, y de que el complejo electroquímico de los Urales, ya en una previsible perspectiva pueda rebajar de forma importante el precio de un kilovatio de potencia. El futuro, según el científico, pasa por la obtención de energía del hidrógeno: las reservas de litio, como las de petróleo, no son infinitas.

Los expertos subrayan que la tecnología de iones de litio se inventó hace veinte años, cuando aparecieron las videocámaras, los teléfonos móviles, las cámaras digitales, y otras formas de técnica moderna que requiere baterías de mayor capacidad. La de los acumuladores de litio contienen varias veces más plomo y níquel y cadmio, con lo que chocan los ingenieros franceses en el sentido de la instalación de acumuladores de este tipo en submarinos y torpedos. La divulgación mundial de la tecnología sólo puede estimular la demanda de litio y procar, como es previsible, nuevos problemas energéticos.

En relación a esto, los especialistas rusos suponen que para la corporación "Rosnano" es más importante la financiación de la búsqueda de combustibles en la región, y no la construcción de una planta de acumuladores. Sin embargo, con el apoyo de una corporación estatal, esto no es tan simple. En 2008, el complejo presentó una solicitud para recibir dinero, pero ésta ni siquiera pasó al consejo científico-técnico de la corporación. Las autoridades de la región Sverdlovskaya mantienen conversaciones con "Rosnano" sobre la presentación de una nueva solicitud, pero como dicen los ingenieros, surge una serie de dificultades tanto internas como externas. "En resumidas cuentas, - resume B.Pospelov, - hay que contar con el apoyo de la corporación".

El director en funciones de la fábrica de reorganizadores químicos de corriente del complejo electroquímico de los Urales, Vladimir Matrenin aclara que en el consejo técnico-científico hay diputados de la Duma, académicos y otras autoridades, que a menudo tienen su propio negocio. En principio, es normal entrar a formar parte de "Rosnano" cuando la gente tiene ya experiencia práctica en una u otra tecnología, pero por lo visto, hay que tener en cuenta aspectos como el de la competencia en el mercado. Precisamente fue un conflicto de intereses el obstáculo para la financiación de actividades con perspectiva. Como confirma V. Matrenin, uno de los expertos se dirigió con abierta hostilidad al responsable del complejo, en relación al futuro de la energía del hidrógeno. Los desacuerdos acabaron en rivalidad: se llegó a que la organización en la que trabaja el autoritario miembro del consejo de expertos había gastado 230 millones de dólares en la compra de acciones de una compañía americana que es competidor directo de complejo de los Urales, así que se entiende que el experto no ardiera de ganas de reforzar a sus contrincante con el apoyo financiero de "Rosnano".

Actualmente, los investigadores del generador electroquímico mantienen negociaciones con una serie de inversores privados. V.Matrenin espera que al proceso de "resolución de problemas" se una la propia corporación "Rosatom", que creó su consejo de expertos para la valoración de las perspectivas de las labores de administración. Más aún, la financiación para el complejo electroquímico de los Urales se encontrará, pero los expertos están convencidos de que hay que cambiar el sistema de apoyo a las empresas innovadoras. En Rusia no habrá nuevas tecnologías propias si los institutos científicos ideados para ello no financian actividades con perspectiva nacionales.

El problema no es que la corporación "Rosnano" invierta miles de millones de rublos en la producción de acumuladores chinos, y que la Fábrica electroquímica de los Urales no recibe ni un solo rublo. El problema es otro: el Complejo electroquímico de los Urales no puede recibir dinero de "Rosnano" porque resulta demasiado caro y la corporación estatal pone unas difíciles condiciones que el complejo atómico no tiene ningún deseo de aceptar.

Vladimir Terletskiy