La tinta de sangre de “Mechel”

20.07.2010 — Informes analliticos

La Dirección del Control tecnológico de Rusia en los Urales ha desenmascarado a "Mechel", S.A. en la construcción de una peligrosa obra. La compañía levantará un taller de conversión de oxígeno en el Complejo metalúrgico de Chelyabinsk que, según la documentación del proyecto, no ha pasado ninguna peritación estatal. Las infracciones de la tecnología de los trabajos producción ya han conducido a accidentes y a la existencia de víctimas en las empresas de "Mechel". Los expertos han declarado al reportero de "RusBusinessNews" que los problemas con la documentación del proyecto ponen de manifiesto la incompetencia de la gerencia y que están cargados de nuevos derramamientos de sangre. 

La Dirección del Control tecnológico de Rusia en los Urales se ha dirigido a la corte de arbitraje de la región Chelyabinskaya con una demanda sobre los procedimientos del "Complejo metalúrgico de Chelyabinsk", S.A. respecto a la responsabilidad administrativa por el proceso de de reconstucción de una obra especialmente peligrosa y técnicamente complicada sin la obtención de un permiso para su construcción. Se amenaza a la ecompañía con un castigo consistente en el cese de actividades. 

"Mechel", S.A. no ha comentado de manera oficial el presente hecho. Los expertos confirman que aquí no hay nada especial que comentar ya que la gran mayoría de obras similares en construcción en Rusia se lleva a cabo sin el previo acuerdo de los organismos de control, y en ocasiones incluso sin documentación de proyecto.

El subdirector de contrucción de "SPK-Uralmetallurgmontazh”, S.L. Viktor Tyumentsev, confirma que el informe de la documentación de trabajo dura mucho, y que en ocasiones está relacionada con la existencia de sobornos por parte de los funcionarios. Por eso los empresarios comienzan las obras por su cuenta y riesgo, y  formalizando documentos con fechas anteriores. 

En  la situación de nihilismo legal que sobrevive hoy en día en Rusia, tiene un significado determinante el nivel profesional de  los proyectistas y diseñadores. Ésta confirman los expertos no siempre está a la altura: hasta ahora se pueden encontrar organizaciones de proyectos que cumplimentan la documentación "de rodillas". Según las palabras de V. Tymentsev, él mismo conoce casos en los que los órganos de control obligan a los edificadores a reforzar las estructuras metálicas en las obras más voluminosas, lo que revierte en la duplicación del presupuesto de los gastos de construcción. Puede que la aspiración a construir rápido y barato fuerzan a las empresas primero a construir, y luego a intentar convencer a los órganos pertinentes a validar la documentación. 

Los prácticos dicen que persuadir a los funcionarios sale bien en la gran mayoría de los casos, puesto que no recuerdan que algunas obras se han paralizado antes por resolución de un juicio. "Por todos lados la gente está viva – aclara Viktor Tyumentsev. – Los funcionarios comprenden que la obtención de los documentos de permiso son muy a menudo un simple procedimiento de rutina. Por eso no pienso que  la construcción del taller en el complejo metalúrgico de Chelyabinsk se congele. "Mechel" construye para sí, y supongo que no ahorrará en lo que se refiere a la seguridad de sus colaboradores". 

El experto, sin embargo,  sobreestimó las responsabilidad de los dirigentes de "Mechel". En marzo de 2010 en uno de los talleres de "Mechel-Koks", S.L. hubo una explosión, y luego un incendio. Murió gente. La comisión organizada por el Control tecnológico de Rusia, determinó que la explosión había sido ocasionada por el gas de coque que se filtraba al túnel de baterías. Los colaboradores del taller queestaban encargados del plan de servicio de la conducción de gas, "habían metido demasiados gases". Según la valoración de la comisión, en  "Mechel-Koks" no hay ningún tipo de control por parte de especialistas y responsables, del cumplimiento de las operaciones tecnológicas, y la organización de los trabajos de producción se lleva a cabo de forma poco satisfactoria. 

No se presta la debida atención a la seguridad industrial tampoco en las empresas "Mechel" de la región Kemerovskaya. La dirección regional del Control tecnológico de Rusia en Siberia meridional, en el curso de sus controles, contabilizó más de 1000  violaciones de normas y reglas de todo tipo. Los inspectores se dieron cuenta de que durante la ejecución de los trabajos no se cumplía la normativa de la tecnología de producción, y de que se ignoraba la documentación de proyecto, con lo que la lucha contra los incendios subterráneos se hace totalmente inefectiva y el equipamiento no sirve. Los mineros, confirma el control tecnológico de Rusia, utilizan unos instrumentos físicamente desgastados que ya no dan más de sí.

La situación más crítica se ha dado en la estación eléctrica estatal del sur de Kuzbass, cuyas instalaciones no se han renovado en 50 años. La puesta en marcha de trabajos de acondicionamiento para un trabajo seguro exige grandes inyecciones de dinero, pero todavía no se planea modernizarla ya que la utilizaciín de energía eléctrica en Kuzbass se reduce. Los calculos comerciales obligan a "Mechel" a introducirse en otros activos: en abril de 2010 la empresa anunciaba la compra de la fábrica metalúrgica "Laminorul  SA" en Rumanía, en julio fue adquirido el grupo turco “Ramateks”. Nuevas capacidades prometen a "Mechel" ingresos complementarios, en el fondo de los cuales se marchita cualquier evidencia de que la estación eléctrica es una instalación peligrosa cuyo cierre puede costar caro a la región.  Los responsables de "Mechel" responden a estos argumentos que no ha tenido lugar ni una sola resolución judicial sobre la interrupción de las actividades de las empresas del holding. 

El colaborador del "Centro científico técnico de investigación de problemas de seguridad industrial",  Alexander Grazhdankin señala que según la legislación vigente en Rusia, las reoluciones sobre la construcción de instalaciones peligrosas se toman en los juzgados regionales alimentados con una economía corrupta. Además, confirma el experto, en el Control tecnológico de Rusia hay un bastante débil servicio jurídico que  permite a "Mechel" conseguir los permisos necesarios. Por eso, A. Grazhdankin no alimenta ninguna ilusión al respecto de la interrupción de la construcción ilegal del taller del convertidor de oxígeno en el Complejo metalúrgico de Chelyabinsk. 

El negocio ni siquiera considera necesario  inventar un motivo más o menos verosímil al inicio de la construcción de instalaciones peligrosas sin peritaje estatal previo. Las alegaciones a que el procedimiento de acuerdo con los órganos de control de la documentación  del proyecto es demasiado largo y complicado, no convencen: en el periodo soviético, eran todavía más largos  y se llevaban a cabo sin inconvenientes. 

En la Rusia moderna, certifica Alexander Grazhdankin, existe una de las legislaciones en materia de seguridad industrial más liberales: en comparación con ella, la exigencias de las normativas estadounidenses o canadienses dan la impresión de ser simplemente draconianas. El experto está convencido de que si la administración de "Mechel" no puede preparar todos los documentos indispensables para pasar el peritaje, significa que , o predomina la incompetencia, o a sabiendas, ignora las normas relativas a la seguridad industrial, y el débil y corrupto estado no puedo hacerle cumplir la ley. Todo ello significa que en "Mechel" de nuevo de derramará sangre: en palabras de A. Grazhdankin, todas las instrucciones en técnica de seguridad están escritas con la sangre de víctimas anteriores.  

Vladimir Terletskiy