¿Rusia quiere cambiar T-90 por Abrams?

28.06.2010 — Informes analliticos

El Consejo de los constructores en jefe de las empresas del complejo militar en el Distrito Federal de los Urales ha pedido al Ministerio de Defensa que cambien la política de precios para la producción militar. Los fabricantes afirman que la política que hoy se aplica es defectuosa en su esencia y no permite a las empresas del complejo industrial militar (CIM) de hacer modernización.

Hoy el precio para la producción se establece a partir del coste de la producción (materias primas, salarios, tiempo en producción, coste adicional etc) más un cierto porcentaje de rentabilidad que los funcionarios militares determinan. La tasa de beneficio no suele exceder 10-12% aunque de vez en cuando alcanze un 25%. Pero nadie está seguro que el precio que se establece al recibir un encargo no cambie cuando este último se realiza. El Ministerio de Defensa puede cortar los precios en todo momento argumentando que hay poco dinero pero que la modernización del ejército está requerida.

La dirección de las empresas del CIM propone abastecer al ejército la producción con los mismos precios que existen para la exportación. En caso contrario - les parece difícil explicarlo a los trabajadores de las empresas por qué reciben menos por el mismo proyecto si el mismo está designado al mercado interior. Según afirman los fabricantes, de vez en cuando un encargo de la defensa del estado rinde ningún beneficio, pero deben conformarse con la restricción para no despedir a sus empleados que no podrán encontrar otro trabajo en el sector civil.

El Director General de la empresa OAO Fábrica de Equipamiento de Radio Sergueï Novoseltsev piensa que la razón de todas las desgracias de las empresas del CIM consiste en los deflactores que los funcionarios del estado determinan más bajo que el nivel de la inflación actual por lo que los fabricantes pierden hasta un 5 por ciento de su beneficio. Incluso suele aparecer una diferencia aún más grande: según dice el experto del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías Andreï Frolov, la inflación industrial a la empresa OAO NPK Uralvagonzavod está 25% mientras que el gobierno aplica sólo 10% en su calculación. Esta diferencia cuesta a la empresa unos 10 milliones de rublos para cada tanque T-90...

Los funcionarios insisten en su justicia. El ministro adjunto de la defensa de la Federación de Rusia Vladimir Popovkin está convencido de que los fabricantes anden con tretas y ocultan su rentabilidad verdadera. En particularidad, en 2009 los fabricantes estaban de acuerdo de reducir el precio de encargo por 40% aunque antes habían explicado los altos precios por sus altos costes y una rentabilidad casi negativa de su producción. El General fue sorprendido por la corporación Izhmash que utilizaba el equipamiento de producción más moderno para fabricar las armas bastante económicas pero no olvidaba incluir en su coste lo que les costaba el mantenimiento de los talleres espaciosos y vacíos. La producción de los fabricantes de Izhevsk resulta tres vecez más cara que la que se puede importar.

Se citaron muchos ejemplos como este durante la audiencia en la Duma Estatal de la Federación de Rusia en Junio. El Vicepresidente del Comité de defensa Igor Barinov no pudo comprender por qué en principios de los años 2000 el Ministerio de Defensa compraba el fusil francotirador por 30 mil rublos mientras que este año lo hacía por 400 mil rublos. El precio del complejo Topol-M aumentó por 2.5 vecez en 3 años. Son esas matemáticas que le hicieron concluir que las empresas del CIM "no querrían reducir los costes, pedían precios extraños por su producción - lo que se explicaba ciertamente por la corrupción y a vecez por la falta de restricciones".

La Cámara de cuentas de Rusia pone sus quejas en contra de los fabricantes. El control constató que las máquinas autopropulsadores de fuego, radiolocalizadores y otros elementos de los complejos de artillería antiaérea con el precio total de más de 3.6 billiones de rublos, que habían encargados y pagados en 2007-2008, estaban en los almacenes de los fabricantes durante dos años a pesar de que estos últimos hubieren debido llevarlos en el ejército por su cuenta.

El Director Ejecutivo de la Unión de los sectores industriales de la defensa en la región de Sverdlovsk Vladimir Kukarskikh dice que todas esas preguntas a los fabricantes, incluso las pretensiones por el suministro de los pertrechos, se podrá retirarlas si los precios alcanzan su nivel justificado. Según dice, los costes altos de los fabricantes de la defensa no se puede explicar por falta de voluntad de la parte de los directores de reducir los costes. La Izhmash no obtiene el precio elevado para los tubos por la malignidad de los jefes, sino por la necesidad de mantener las capacidades de mobilización. El estado debe decidir si necesitará talleres reservados en caso de una guerra. Si los necesita, pues debe pagarlo el estado. El gobierno parece no saber nada de este problema. Miente cuando afirma que la inflación no sobrepasa 10% en la industria con los precios de gas y electricidad aumentando de 15 a 19%.

Sergueï Novoseltsev no niega que haya empresas que hinchan los precios y obtienen la rentabilidad de 50% y más aún. Pero eso no debería resultar en la reducción de precios de encargos para todas las empresas sin pensar en diferenciarlas. El Ministerio de Defensa debe contar con los funcionarios que deberían conocer bien los principios económicos y capables de comprender cuando los fabricantes les engañan y cuando dicen la pura verdad. Parece que hoy casi no hay tales funcionarios en el Ministerio de Defensa por lo que los generales cortan de una vez los costes para todos. Ese modo de abordar el problema resulta en una falta de fondos y no permite de modernizar la producción.

La otra desgracia de los funcionarios rusos consiste en la incapacidad de alinear las prioridades y concentrar los fondos en una dirección requerida. Había nueve fábricas de pertrechos en la región de Sverdlovsk. En los años 90 que eran dificiles, las autoridades distribuían los fondos por pequeños partes entre todas aquellas fábricas en vez de fomentar 2-3 y cerrar las otras. El resultado - cayeron todas. Hoy casi el mismo guión se realiza. General Popovkin se queja de que no haya fusiles francotiradores modernos de producción rusa sin cuales no se podría combatir en conflictos locales, mientras que el Ministerio de Defensa gasta unos enormes fondos para comprar los portadores de helicocópteres Mistral de producción francesa.

Sergueï Novoseltsev no puede calificar la estrategia de modernización como razonable. Según piensa, el Mistral lo compramos sólo para asustar a la Georgia y a los países Bálticos. Nuestro propio país pierde enormes fondos por las ambiciones de unos funcionarios, que se podría invertir en la producción de nuevos tipos de fusiles. Pero el Ministerio de Defensa tiene miedo de inversiones en la investigación científica porque no sabe evaluar la eficacia de la misma. Ese miedo, según S.Novoseltsev, resultará en que Rusia va a comprar más de 80% de pertrechos en el extranjero. Los rusos pueden preferir coches extranjeros a coches rusos y eso no puede arruinar la capacidad defensiva del país, pero si Rusia cambia el T-90 por el Abrams estadounidense será un absurdo.

Vladimir Terletsky