La muerte ha bajado a las minas de Evraz Group

15.06.2010 — Informes analliticos

Un mes después del accidente en la mina "Raspadskaya", que causó la muerte a 90 personas, en la empresa Evraz Group, de nuevo ha tenido lugar un accidente de gran magnitud: un trabajador del complejo minero Visokogorskiy, fue sepultado bajo una masa de mineral. La muerte del personal en el interior de las minas sucede con una nada tranquilizadora regularidad. En 2005 y en 2007 en la "Estiuninskaya" murieron un ajustador eléctrico y un barrenero; en 2008 falleció bajo las ruedas de un vagón otro trabajador en la mina "Magnetitovaya", y en 2009 una explosión se llevó la vida de nueve colaboradores de la "Estiuninskaya" de nuevo. Cabe señalar que en las minas de mineral a diferencia de en las de carbón ("Raspadskaya") no hay metano, y por eso la principal causa de la tragedia vino a ser la violación de las medidas de disciplina laboral y tecnológica.

El presidente del sindicato de metalurgia minera de Rusia, Mijail Tarasenko considera que a fin de cuentas, la culpa de la tragedia recae sobre una dirección de empresa no cualificada, que durante varios años ha estado alimentando un sistema colectivo de irresponsabilidades. Las reglas de mantenimiento de seguridad en la mina se escriben con sangre, lo que certifican los responsables de Evraz Group, ignorando durante varios años cuatro puntos del reglamento. El líder del sindicato niega que el comportamiento de los gerentes esuviera condicionado por una falta de medios en materia de seguridad; de hecho, el máximo responsable de la empresa ni siquiera ha planteado esa cuestión. La financiación de medidas para la prevención de tales sucesos, subraya M.Tarasenko siempre encuentra comprensión entre los mineros, y por eso, esgrimiendo dicha cuestión, los propietarios de Evraz Group, se habrían encontrado con una ovación generalizada.

El responsable del sindicato de los trabajadores la industria rusa del carbón, Iván Mokhnachuk, considera que la causa de la falta de atención por parte de los gerentes de la empresa hacia la seguridad, hay que buscarla en la práctica de la conformidad con la legislación rusa. Dicha legislación, hoy día, está redactada de manera que un juez, valorando la responsabilidad de un gerente o administrador por un accidente, puede limitarse a una multa de 5000 rublos, o puede ir a la cárcel por un periodo de 10 años. No es difícil adivinar que ante lo que se inclinan normalmente los jueces, es ante el nombre del propietario de Evraz Group, Roman Abramovich. En relación a esto, el sindicato propone elaborar un Código Penal de Rusia más concreto y severo con los propietarios de actividades y complejos industriales peligrosos. En caso contrario al estado le espera un aumento en el número de accidentes y muertes en las minas, habida cuenta de la intermitencia de los controles de seguridad en la empresas.

Durante el periodo soviético, el inspector que descubría una infracción o violación de las normas, podía por decisión propia interrumpir el trabajo en las minas. Después de la privatización de la extracción de carbón, los plenos poderes a este respecto fueron transferidos debido los intereses de los propietarios privados, y ello trajo graves consecuencias. Por ejemplo, en la mina "Ulyanovskaya" (Evraz Group) la dirección, al descubrir un aumento en la concentración de metano, ordenó corregir los datos en base a los cuales el ordenador debía cortar la corriente de las instalaciones bajo amenaza de explosión; es decir que el umbral de riesgo de explosión fue aumentado de forma voluntaria. El resultado fueron 110 muertos, siendo el estado claramente responsable de parte de esas muertes, ya que no controla la situación de las actividades de extracción.

Si se desciende a la mina, el cuadro de catástrofes potenciales aparece en formato moderno de 3D. Después de la disgregación de la URSS, la clase empresarial se negó a construir minas de estructura vertical con organización de trabajo alrededor del eje central, prefiriendo bien explotar las obsoletas instalaciones soviéticas, bien practicando perforaciones de corte oblicuo en las capas que estaban cerca de la superficie. En resumen, muchas de las minas se transformaron en una red ramificada de excavaciones, que difícilmente se podía ventilar. Siguiendo las leyes fisico-químicas, el desprendimiento de metano de las capas en las que se da un aumento de la proporción de carbón, aumenta. Según los sistemas de seguridad se hace lógico que habría que construir un sistema de tronco vertical para la ventilación de la mina, tal y como se hacía durante la Unión Soviética, pero eso cuesta tiempo y dinero, lo que haría que el precio de carbón se encareciera rápidamente. ¿Qué seguridad puede haber cuando se quiere hacer simplemente dinero, sin invertir en la propia seguridad?

La mina "Raspadskaya" perteneciente al Grupo Evraz, era una de las mejores del sector, en la que la organización del trabajo estaba dispuesta mejor que en la "Ulyanovskaya", pero... explotó. Iván Mokhnachuk considera que eso es como poco, consecuencia de un error de los proyectistas, haciéndose obvio que lo que hace falta es mejorar la tecnología de construcción en sus fases previas. Los expertos, además, no creen ni mucho menos en la omnipotencia de la capacidad de los ingenieros.

El director del departamento de valoración cuantitativa de riesgos "NTC Seguridad industrial", S.A., Aleksandr Grazhdankin declaró que la producción no puede prolongarse ilimitadamente. La importancia de la siniestralidad llevó a un estancamiento de la obtención de carbón en los países desarrollados; siendo la única excepción los EEUU, donde las capas de extracción están igualmente demasido cerca de la superficie. Los problemas de seguridad se han agudizado de manera demasiado intensa si ponemos en relación el trabajo y el capital, y esto, incluyendo a los EEUU, por lo que los americanos decidieron decidieron que era mejor buscar otras fuentes de energía en vez de matarse unos a otros. En los países en vías de desarrollo, la actitud hacia la vida de las personas no es, desgraciadamente, tan deslumbrante, y es por eso que, en China, la India, Vietnam, y Rusia, la obtención de carbón crece a pesar de la geométrica progresión de accidentes. Según los expertos, hasta que ocurra algo grave.

En Rusia la alarma suena sin parar. Tras restructurar en los años la actividad del carbón y tras suprimir los reglamentos de trabajo soviéticos, la legislación de la Federación de Rusia calcula que el problema de seguridad en las minas se resolvrá únicamente apoyándose en la inversión privada. Sin embargo, los propietarios ni siquiera tenían intención de invertir en la producción: por ejemplo, Román Abramovich prefiere comprar clubes de fútbol en Inglaterra y yates caros antes que dedicar algo de dinero en sus minas. Según valoraciones de los expertos el déficit de inversiones en la industria rusa asciende en los últimos 15 años a más de 3 trillones de rublos. La huída de medios "en líquido" con un crecimiento simultáneo de 3´7 de la productividad del trabajo en el sector del carbón desde 1997 hasta 2007 han tenido como consecuencia una importante serie de accidentes mineros en 1997, 2004, 2007 y 2010.

Aleksandr Grazhdankin considera que las catástrofes tecnológicas recuerdan que los modelos industriales de desarrollo tienen un límite. Explotando como lo hacen, las minas dan como poco, una impresión de seguridad tal, que los propietarios actuales percibir, y mucho menos, aceptar. El negocio estima que todo funciona demasiado bien y ya hace tiempo que comprendió que en condiciones de mercado cuando la inseguridad no es más que un rasgo del producto, resulta más barato invertir en publicidad mediática, que en la propia seguridad.

Los empresarios están arrojando arena a los ojos de los rusos pegando por todos sitios (incluidos los complejos industriales) la etiqueta "artículo que cumple todas las normativas de seguridad", y para ocultar sus acciones, el negocio ocupa el espacio dedicado a los medios con palabras tranquilizadoras, diciendo que todo está en orden, y si no lo está, entonces sacarán los cadáveres de las víctimas, y los enterrarán dignamente. Éste es el precio de la industrialización moderna.

Una elaboración correcta de información de la población ha levado a que pocos se han dado cuenta de en Rusia han cambiado las prioridades, y ahora en vez de avisar de los accidentes, el país prefiere liquidar sus consecuencias. Consecuentemente el dinero va al ministerio de situaciones de emergencia, y no al Servicio Federal para la vigilancia ecológica, tecnológica, y atómica: el presupuesto del primero es 20 veces más elevado que el del segundo.

Vladimir Terletskiy