Expulsan a los extranjeros de los campos de fútbol rusos

27.05.2010 — Informes analliticos

Rusia quiere albergar el campeonato mundial de fútbol del año 2018. Pero los expertos dudan de que el país pueda disponer de la cantidad necesaria de terrenos de juego, que cumplan los requisitos de la FIFA. En la mayoría de las ciudades rusas existe la práctica necesidad de construir de nuevo estadios modernos, para lo cual ni el sector privado, ni el estado disponen del dinero necesario. El escándalo que se desencadenó en el momento de la reconstrucción del campo de Ekaterinburgo, tal y como aclara el comentarista de "RusBusinessNews" vino como consecuencia de la incoherencia de las ambiciones de los funcionarios respecto de las necesidades reales del país.

Ekaterinburgo emprendió la reconstrucción del estadio de la ciudad hace seis años, es decir, mucho tiempo antes de la decisión de Rusia de organizar el campeonato del mundo de fútbol. La realización del proyecto atrajo a la empresa "Grupo Sinara", que recibió el 75 % de las acciones del "Estadio Central", pero de todas formas el ayuntamiento sigue siendo accionista conderecho a veto.

El concepto de reconstucción fue elaborado por un arquitecto francés de "Valode et Pistre". Fue examinado y valorado, pero posteriormente fue encomendado al grupo finlandés "Hansastroi". Se suponía que esta compañía sería el contratista principal en la reconstrucción, pero sin embargo, los finlandeses se negaron a reconstruir un estadio con capacidad para 25000 espectadores, por 42'3 millones de euros, tras lo cual fue la compañía montenegrina "Neimar Engineering" la que aceptó supervisar la reconstrucción, tras haber modernizado ya una gran cantidad de estructuras en las diferentes regiones rusas.

Según palabras del vicejefe de la representación de "Neimar Engineering" en Ekaterinburgo Aleksandr Kitashev, contratista principal antes de la crisis se hizo cargo del 45% de los gastos presupuestarios. Cuando el dinero del inversor privado se agotó, el gobierno de la región Sverdlovskaya se decidió a apoyar el proyecto comprando a "Sinara" por 80 millones de rublos (2 millones de euros en aquel momento), el 25% más una acción de "Estadio Central", S.A. Al contratista, afirma A.Kitashev, le fueron transferidos 31 millones de rublos, siendo realizado el último pago a principios de 2009. Pero a continuación únicamente eran enviados de vez en cuando 2-3 millones de rublos para sufragar gastos. En total, "Neimar Engineering" recibió 16'3 millones de euros, ascendiendo la deuda según datos de los gerentes de la compañía a la cantidad de 7'7 millones de euros.

El inversor convenció al contratista principal de que no abandonara las obras, prometiéndole un crédito avalado por el Gobierno Regional de la región Sverdlovskaya. Sin embargo el entonces gobernador Eduard Rossel se negó a la concesión de dichos avales, alegando las dificultades que existían en la situación presupuestaria de aquel momento. La cuestión se inmovilizó hasta la presentación de la solicitud de organización del Campeonato mundial de fútbol. Los funcionarios consideraron que Ekaterinburgo reunía todo lo necesario para recibir a los participantes en el evento: aeropuerto internacional, hoteles, restaurantes, y un estadio prácticamente reconstruído. A finales de 2009 "Estadio Central", S.A. por fin recibió los avales de las autoridades regionales. De una suerte de tal calibre no gozó ninguna de las empresas industriales con problemas, de cuyo bienestar dependían algunas ciudades de la región con elevado porcentaje de desempleo.

Poco después, además, resultó que el crédito por una suma de 1200 millones de rublos no presupone la liquidación de la deuda ante el contratista principal. En febrero de 2010 "Estadio Central", S.A. notificó a "Neimar Engineering" la rescisión del contrato, aconsejando insistentemente la aceptación del cobro de la deuda a cuenta del impuesto sobre el valor añadido previa devolución por parte de las arcas públicas. El contratista se negó y presentó una denuncia judicial. Como fianza "Neimar Engineering" propuso embargar la parcela de terreno que el banco "Globex" (entidad afiliada al banco estatal "Vneshekonombank") tenía intención de tomar en concepto de garantía junto con las acciones de "Estadio Central", S.A. para la concesión del crédito.

La corte de arbitraje de la región Sverdlovskaya embargó el terreno, pero las autoridades 24 horas después sustituyó el embargo de la propiedad por otro embargo, éste de deuda de débito (que también comprendía la deuda de "Neimar Engineering"), de "Estadio Central", S.A. Se espera la continuación del escándalo durante el juicio, ya que el inversor presentó a su vez otra denuncia por la mala calidad de los trabajaos efectuados.

El perito de la organización de diseños y proyectos, en el cual deposita enteramente su confianza"Estadio Central", S.A. comunicó de manera confidencial a "RusBusinessnews", que las empresas extranjeras trabajan bajo otras normativas, diferentes a las que están sujetas las compañías rusas, y por eso sus cálculos no son dignos de confianza. En particular, en correspondencia con dichos cálculos "Neimar Engineering" durante la instalación de un marcador electrónico, utilizó menos accesorios de los necesarios según lo dispuesto en las normativas y reglas de construcción rusas. Por el mismo motivo es necesario reforzar las gradas monopieza que, según los expertos, pueden venirse abajo.

Aleksandr Kitashev replica a esto que la obra no está finalizada y que por eso no se puede certificar que los trabajos han sido efectuados infringiendo las normas. Además, como afirma el gerente, al contratista principal no le fue presentado ningún informe inadecuado. Sólo aparecieron durante el juicio, lo que según A.Kitashev, quiere decir que hay un plan de desacreditación del contratista.

Al mismo tiempo, el representante de "Neimar Engineering" se queja de que no haya suficientes recursos planificados. El valor de cada asiento de las gradas del estadio de Ekaterinburgo se calcula en 5 veces menor de su equivalente en Europa, por lo cual el contratista tuvo que buscar materiales y tecnologías más baratas. Al final se decidió la utilización del hormigón monolítico, y como había que trabajar en condiciones térmicas diferentes, los representantes del contratista no niegan que pueda haber lo que se denomina "coqueras".

A.Kitashev afirma que por 60 millones de dólares es imposible construir un estadio que corresponda a las exigencias de la FIFA, y es por eso que "Hansastroi" se negó a ser la empresa contratista principal en esta obra. Las autoridades de Perm, a su vez, han tenido en consideración la experiencia negativa de Ekaterinburgo y han valorado una estadio de tamaño similar en 80 millones de dólares.

El ingeniero jefe de la empresa de diseño y construcción "Dominanta" Vladimir Borzenko, comunicó a "RusBusinessNews" una noticia de lo más chocante: resultó que en la etapa de proyección de la obra, financiada por un inversor privado, el peritaje no controla si el presupuesto corresponde a la realidad. Por eso, en la columna de gastos del proyecto, a veces sólo hay un guión. Pero aunque las cifras se indiquen, eso no significa nada: cuánto cuesta en realidad la obra, los especialistas lo podrán decir sólo después del análisis del volumen de los trabajos efectuados y de la documentación pertinente. Por tanto, el perito no puede determinar si 60 millones para la reconstrucción del estadio de Ekaterinburgo son mucho o poco. Sólo señaló que el coste de un asiento de grada en un estadio que se reconstruye es mayor que en uno que es de nueva construcción.

El grupo "Sinara" no tiene demasiadas ganas de responsabilizarse por comenzar la reconstrucción subrayando en varias ocasiones que es una obra de interés social. Para atraer al inversor, las autoridades municipales le han concedido 5'5 hectáreas de terreno, en la cuales planeaban construír un hotel, restaurantes y instalaciones de entretenimiento. La crisis no permitió a "Sinara" devolver el capital invertido, pues el inversor no tuvo suficiente dinero ni siquiera para construír el estadio, por no hablar de la apropiación del territorio circundante. Tal vez el déficit de recursos hizo a "Estadio Central", S.A. actuar al límite de la legalidad con los contratistas. Por ejemplo, el trabajo del arquitecto francés que proyectó el nuevo estadio no fue remunerado.

El Diputado de la Duma regional de la región Sverdlovskaya, Andrey Alshevskikh, considera que los extranjeros en Ekaterinburgo han tropezado con la manera típica rusa de llevar un negocio cuando se "quiere antes la cabra que el corral". En lo que se refiere al estadio el asunto se expone de la siguiente manera: los ekaterinburgueses mostraron al mndo el envoltorio de un bombón y cuando comprendieron que el inversor no tenía suficientes medios para el bombón, hicieron pagar los platos rotos al pastelero que se prestó a hacerlo.

Hoy día, para salvar las apariencias, el gobierno tiene que gastar en fútbol el dinero que estaba destinado al apoyo del sector real de la economía rusa. Pero lo más importante es que el crédito, por cuya recepción "Estadio Central" intenta expulsar de la obra al contratista principal montenegrino no permitirá construir un estadio en el que puedan celebrarse los partidos del campeonato mundial. Los recursos de crédito sólo serán suficientes para terminar de construir gradas con una capacidad para 25000 espectadores. Mientras tanto, la FIFA presenta el proyecto de un estadio pensado para 40000 espectadores, siendo este proyecto elaborado y valorado en 80 millones de dólares. Pero en Ekaterinburgo ni siquiera se habló de este dinero.

Vladimir Terletskiy