La modernización lleva a Rusia al Feudalismo

14.05.2010 — Informes analliticos

La directora del programa regional del Instituto Independiente de Política Social, Natalia Zubarevich está segura de que en Rusia se desarrollan dos crisis latentes: en 2010 los problemas pincipales del gobierno serán el desempleo y las relaciones interpresupuestarias. El conjunto social restante está compuesto, según datos de expertos, de casi 4 millones de personas. Hoy les pagan por una inactividad forzosa, y aseguran que mañana todo estará bien, cuando en realidad nada estará bien, ya que la introducción de nuevas tecnologías requerirá unos recortes de personal que se multiplicarán por 2 o por 3. Sólo un nuevo negocio podrá absorber la mano de obra excedente, y la creación de este nuevo negocio hoy poy hoy está muy dificultada por las barreras administrativas y la ausencia de inversores.

El estado, entretanto, prefiere invertir no donde hace falta, sino donde considera necesario. Por ejemplo, en Tartaria el desempleo está por debajo de la media de Rusia, pero para los trabajos sociales en relación a ello la Federación Rusa ha destinado de 3 a 4 veces más medios que al resto de regiones necesitadas. Basándose en la conveniencia política se financian Chechenia, Ingushetia y Sochi, donde tendrán lugar los Juegos Olímpicos de invierno de 2014. Las demás regiones han acabado como dependientes de "la administración manual", cuya esencia consiste en que el primer ministro Vladimir Putin va de ciudad en ciudad, y determina personalmente a quién hay que seguir dando dinero, y quién tiene que arreglárselas.

El resultado se convirtió en un aumento de transferencias del presupuesto general a las regiones que va del 17% al 27%. Todavía no está claro con qué llenar las arcas de los presupuestos de Rusia en 2011, puesto que las regiones trabajadoras como la del Distrito Federal de los Urales, desplumadas en sentido figurado, tal como dijo Natalia Zubarevich, "hasta los calzones". Estas regiones fueron las primeras de todas en caer en el pozo de la crisis, y el centro estaba preocupado con la salvación de las dos regiones restantes de las tres para las cuales la crisis no habia hecho más que empezar. Las regiones "invernadero" de la Federación en 2010 van a vivir en permanente estado de terror: hay que recortar los gastos, y eso está prohibido; hay que elevar las tarifas por los servicios de comunidad de vivienda, pero no se puede, porque se tropezará con las protestas de los ciudadanos. Al final, habrá que recortar la red de instituciones sociales, lo que significará el despido de funcionarios a los que será muy difícil dar cabida en el sistema económico.

El Estado no ha apoyado de manera muy afortunada a la iniciativa privada. Analizando las medidas contra la crisis de la administración, el subdirector del Centro de analítica interdepartamental, Yuri Simachev declaró que el apoyo estatal no contribuyó a una retirada del mercado de las empresas ineficientes, y no permitió a las compañías innovadoras ocupar su lugar. Según datos de los expertos, las empresas en crecimiento y activas en lo que a inversiones se refiere, percibieron positivamente una rebaja en las cargas fiscales y una limitación de controles, la estimulación de concesiones de créditos y la renovación de instalaciones, así como rebajas de pagos por conexión a las redes eléctricas. Al mismo tiempo, la concesión de cuotas a la entrega de producción en el marco de encargos municipales, y también las preferencias valorativas por parte de la administración mantuvieron a flote a las compañías inestables y con balance económico desfavorable. En total, la crisis no mostró ninguna influencia depuradora para la economía rusa: las empresas ineficientes han permanecido en el mercado y las compañías con perspectiva no recibieron el empujón necesario para su desarrollo. El apoyo estatal ha tenido como consecuencia la estabilización de una industria sin modernización.

Los funcionarios federales, afirma Y. Simachev, están al tanto de los resultados del Centro de analítica Interdepartamental, pero formar intencionadamente un ambiente innovador les interesa menos que planear el desarrollo de una actividad, concreta y de importante talla: ya que en este caso entienden bien con quién tienen que tratar, cuál será el coste de las decisiones, etc.

Los expertos tienen la seguridad de que tarde o temprano las autoridades tendrán que crear unas condiciones iguales de competitividad general para las empresas y para las regiones. Eso presupone un traspaso de poderes de recursos y de responsablidades descendente, lo que implicará una modificación del sistema de poderes de Rusia configurado a mediados de la primera década del s. XXI. Pero, como dice el presidente de la fundación "Instituto de Energética y Finanzas" Leonid Grigoryev, eso tendrá lugar sólo en el caso si la élite se pone de acuerdo, acerca de si quieren tener una economía moderna e innovadora, y no continuar con el ameno proceso de reestructuración permanente de los activos de sus antepasados.

El Decano de la Facultad de Economía de la Unniversidad Estatal de los Urales, Sergei Kadochnikov mientras tanto, hace hincapié en la extraordinaria pobreza de las regiones rusas. Así en la región Tyumenskaya (la más rica) en PIB per cápita asciende a 32000 dólares, y el distrito económico de Île-de-France, 736000. Las regiones atrasadas, dice el experto, no pueden adaptar las tecnologías desde el extranjero.

El primer Vicerepresentante del Gobierno de la Región Sverdlovskaya, Mijaíl Maksimov, también cree que Rusia no está preparada para construír una economía innovadora. Según él, hay que tener en cuenta las tecnologías modernas, pero antes hay que arreglar cosas muy sencillas. Los rusos adoran dejarse llevar por el proceso sin complicarse para exponer bien la finalidad. Por ejemplo hoy día en los Urales, se discute intensamente sobre la posibilidad de instalar la red ferroviaria de alta velocidad de 200 kms. entre Ekaterinburgo y Chelyabinsk, aunque sería más barato y más fácil construír una autovía moderna. La adaptación de tecnologías de construcción de autovías y carreteras adecuadas sería más importante ahora que la organización de la circulación ferroviaria del expreso "Sapsan".

También la directora del Centro de Investigaciones Macroeconómicas del Banco "Sberbank", Kseniya Yudaeva ve las causas del fracaso de las reformas en el país, en la mentalidad rusa. Según sus observaciones, los rusos al empezar a correr un maratón, cien metros después empiezan a buscar el fin. Cuando se dan cuenta de que el tramo aún no ha terminado, los corredores se pones tristes y empiezan a reflexionar acerca de si se puede llegar a la meta de alguna manera más rápida.

La sustitución del trabajo cotidiano por la búsqueda de la piedra filosofal, dicen los expertos, es capaz de perjudicar el desarrollo de Rusia. Como dice la miembro de la Academia de las Ciencias de Rusia, Natalia Ivanova, en las condiciones capitalistas cualquier país es capaz de ser un rival perfeccionando constantemente sus institutos y tecnologías. Este trabajo requiere mucho esfuerzo intelectual, y a muchos les parece agotador, por lo que algunos países y regiones vuelven inexorablemente al feudalismo. Rusia, como es bien sabido, siempre ha sido un eslabón débil en la cadena del capitalismo.

Vladimir Terletskiy