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Industria militar rusa volvió a los años 9003.12.2009 — Informes analliticos La intención del Gobierno de Rusia de aumentar en 2009 la cartera de pedidos estatales para defensa en 30% no se ha cumplido. Además, debido al ingreso tardío de los medios en el presupuesto, muchas empresas de la industria militar redujeron la producción. En 2010 la situación puede empeorar, ya que el Ministerio de Defensa de la Federación Rusa declaró la financiación de la producción exclusivamente de los tipos de equipos militares que cumplen con los estándares mundiales. En la víspera de la reunión dedicada a los problemas de "la industria de defensa", que tendrá lugar el 9 de diciembre en Nizhni Taguil y será presidida por el primer ministro Vladimir Putin, el columnista de "RusBusinessNews" examinó la situación. Sergei Ivanov, viceprimer ministro de Rusia, manifestó a principios de 2009 que las empresas militares de defensa de la región de Sverdlovsk obtendrán pedidos estatales estimados en 19 mil millones de rublos, es decir, cinco millones más que en 2008. Sin embargo, en noviembre se quedó claro que sólo 19 de las 40 empresas principales de la industria podrían mantener el volumen de la producción al nivel del año pasado. Según Vladímir Kukarskij, vicedirector de la Unión de las empresas militares de defensa de la región de Sverdlovsk, los primeros contratos para la obtención de dinero del presupuesto fueron concluidos en junio, y el último concurso fue celebrado en septiembre, lo que por sí solo no tiene sentido. La situación más o menos estable se mantiene en las empresas controladas por la corporación estatal "Rosatom". Según Viacheslav Gorbarenko, director general adjunto de JSC "Oficina de diseño experimental "Novator", todo va bien con los pedidos de cohetes para encargar las empresas productoras. Las carteras de pedidos estatales para ellas fueron ampliadas en un promedio de 10% inmediatamente después de la guerra con Georgia. La situación es mucho peor en las empresas de la región de Sverdlovsk que se especializan en la producción de armas comunes, así como en la producción de materiales de electrónica y de los equipos de comunicación. Las "Planta electromecánica Baranchinski", "Automóviles y motores de los Urales" (AMUR), "Planta de radio Egorshinski" pasan a través de un procedimiento de quiebra. La técnica fabricada por dichas plantas es tan obsoleta que no encuentra demanda incluso en los segmentos civiles de la economía. La "Planta Egorshinski" se mantenía durante algún tiempo gracias a las entregas de cordónes de cables eléctricos para JSC "AvtoVAZ", pero la crisis económica llevó a un serio endeudamiento de la compañía ante la planta militar. La deuda está parcialmente liquidada a costa de un préstamo concedido por la corporación estatal "Vnesheconombank". La planta AMUR trataba de sobrevivir a costa del montaje industrial de los automóviles chinos, pero el gobierno ruso no le otorgó el status correspondiente y la fabricación de los camiones para el ejército ruso en los volúmenes anteriores ya no es necesaria. La "Planta Baranchinski", según Vladímir Kukarskij pudiera encontrar clientes para los nuevos generadores, pero el pleito prolongado entre los propietarios llevo a la demora en pago de los salarios y las protestas del personal. Una gran preocupación provoca JSC "Corporación de Ciencia y Producción "Uralvagonzavod" de Nizhni Taguil. La planta tiene los pedidos militares sólo gracias al líder venezolano Hugo Chávez, que decidió equipar a dos batallones de su ejército con los tanques de los Urales. Los pedidos nacionales para 2010 son cuestionables, ya que las fuerzas armadas de Rusia no se apresuran en firmar los contratos sobre el T-90. Según los comentarios del personal de Uralvagonzavod, durante todo el período de la existencia de nueva Rusia, el ejército hizo los pedidos sólo para 31 tanques, mientras están ya pagados sólo 13. Dieciocho máquinas de combate se hallan detrás de la tapia. No se descarta que las van a enseñar a Vladímir Putin. Los expertos creen que en los próximos años la situación del complejo militar-industrial no va a mejorar: después de la reunión de noviembre con los industriales en Ekaterimburgo, el ministro de Defensa, Anatoly Serdyukov dijo que su departamento buscaría la máxima carga para todas las empresas, pero la prioridad en la financiación se daría a misiles y armas nucleares. Vitaly Smirnov, director general de la Unión de las empresas militares de defensa de la región de Sverdlovsk, está convencido de que no todos los desarrolladores de los misiles, ni mucho menos, obtendrán el dinero: sólo aquellos que puedan demostrar que son capaces con los gastos no grandes literalmente mañana proporcionar el equipo modernizado. En el último año y medio las autoridades rusas revisaron radicalmente sus opiniones sobre el nivel del equipo militar nacional. Al nivel más alto se reconoce que las armas rusas se hallan detrás de las extranjeras, porque "la industria de defensa" vive a expensas de los diseños y proyectos anteriores, dejando de prestar debida atención al trabajo de investigación y desarrollo. Desde 2010 el Ministerio de Defensa decidió realizar los pedidos sólo de los tipos de equipos militares que corresponden a las características tácticas y técnicas según los estándares mundiales. En dicha situación los expertos sólo se encogen de hombros: ¿Dónde buscar nuevos diseños, si el Estado absolutamente se niega a financiar las oficinas de diseño? Según los datos de David Lerner, director general adjunto de JSC "Empresa de Ciencia y Producción "Start", la fabricación de nuevos sistemas se disminuyó ocho veces en comparación con los tiempos soviéticos, porque el dinero del presupuesto se concede en pequeñas proporciones durante varios años. Es interesante que cuando Vladímir Putin llegó a ser el presidente de Rusia poniendo miras a una política exterior agresiva, la financiación de la I & D desde el presupuesto seguía decayendo. En los tiempos de su predecesor Boris Yeltsin, la financiación insuficiente del trabajo de diseño explicaban por la falta de dinero. El gobierno de Vladimir Putin, no experementaba la falta de medios, pero hay una paradoja: más dólares de petróleo ingresaban en el presupuesto, más detestable financiaban el pedido estatal. Especialmente difícil fue la situación hace tres años, cuando el Ministerio de Hacienda de la RF empezó crear fondos de inversión, y el Ministerio de Defensa, al mismo tiempo prorrogó significativamente los plazos de pago por el producto acabado y empezó revisar con regularidad los pedidos de bienes militares, lo que desorientaba el funcionamiento de las empresas militares de defensa. El Estado de hecho no se interesa por la calidad de los equipos fabricados. La aceptación de nuevos sistemas se convirtió en una farsa: en lugar de las pruebas a gran escala actualmente se limitan a tres lanzamientos y envían el nuevo desarrollo a la fabricación en serie. Es sabido que renunciaron totalmente el ensayo de banco del misil "Bulava" lo que llevó al resultado lamentable. Ninguno de los lanzamientos no tuvo éxito. Las empresas se ven obligadas a hacer la modernización de las muestras de exportación, por regla general, a sus expensas, y los pocos pedidos concedidos por el Ministerio de Defensa a menudo no suponen el dinero presupuestario. El Estado, por ejemplo, en 2010 pidió el "Grad" marítimo que en Rusia ya no fabrican durante unos veinte años. A los industriales les propusieron solicitar al Ministerio de Economía el dinero para modernizar la base productora y adaptar la documentación. Los directores de las empresas afirman que no existe el apoyo estatal de la producción de las nuevas tecnologías y sólo se llevan las conversaciónes respecto al tema. A finales de 2009 la situación había empeorado: Anatoly Serdyukov, ministro de Defensa, propuso a los industriales reducir los precios del producto en un 15-20%, o en el peor de los casos no subirlos en 2010. Con eso no prometió que los concursos esta vez se llevarían a cabo a tiempo, es decir, en el primer trimestre del próximo año, ya que el presupuesto todavía no ha sido aprobado. Los directores de las empresas, según Vitaly Smirnov, acordaron a los militares que las plantas no se pararon por su culpa sólo porque se tomaban los préstamos. Como resultado, una mediana empresa en la región de Sverdlovsk, disponiendo su fondo salarial de 17 millones de rublos, se vió obligada a pagar 74 millones de rublos para amortizar los intereses bancarios, es decir, salarios del personal en en total equivalente al período de cuatro meses. Resulta que el dinero del presupuesto militar se destina no a la industria sino a los banqueros. Los generales de la defensa también propusieron a Anatoly Serdyukov influir en los monopolistas que regularmente suben los precios del gas, electricidad y otros servicios públicos. Esto, a su juicio, es absurdo, cuando el combustible sube en 36% al año, mientras a la industria de construción de maquinaria se le ofrecen bajar los precios en un 20%. Esto es imposible hacer porque las industrias metalúrgica y química proveen sus productos a precios de mercado. Como el ministro de Defensa reconoció que no puede controlar a Gazprom, los directores de las empresas militares de defensa le propusieron aceptar los precios de "la industria de defensa" que se forman en el mercado. Sin embargo, dada la realidad de Rusia, hay que celebrar los contratos para 2-3 años, previendo en ellos los medios para pagar los intereses bancarios y otros gastos. Vitaly Smirnov, que había trabajado en los años 90 como el director de la empresa militar de defensa, cree que el complejo militar industrial de Rusia volvió en catorce años atrás. En septiembre de 1995 el Ministerio de Defensa empezó a negarse al equipo previamente solicitado. Entonces los directores tuvieron que pasar la mayor parte de su tiempo en Moscú, ofreciendo a los funcionarios las opciones extremas: por ejemplo, fabricar no cinco sino dos unidades aprovechando los fondos presupuestarios previstos, destinando el resto del dinero a la "modernización". Este enfoque aquella vez ayudó sobrevivir a la industria de defensa. Actualmente la situación se repite: el cuerpo directivo, según el experto, debe darse cuenta de que habrá que aplicar mucho más esfuerzos dirigidos a la conclusión de los contratos que hace un año. La obtención de pedidos dependerá directamente del nivel de la "modernización a la manera rusa". La vuelta a los años 90 no sorprendió a los fabricantes: los directivos del Ministerio de Defensa son la gente nueva, y por lo tanto cometen los mismos herrores. Por ejemplo, hace quince años, a los funcionarios les fue propuesto liberar a los fabricantes de las capacidades de movilización innecesarias, a cuyo mantenimiento las empresas gastaban medios que pudieran usarse para desarrollar nuevos equipos. Desde entonces no se cambió nada: el Estado sigue obligando a mantener las capacidades inactividas, los fabricantes de la industria de defensa se quejan de la falta de dinero para realizar el trabajo de investigación y desarrollo, el Ministerio de Defensa exige suministrar el equipo al ejército que corresponda a los estándares mundiales. Así que en la esfera del pedido estatal para la industria de defensa, según la expresión acertada de Gennady Muratshin, director general de JSC "Empresa de Ciencia y Producción "Start", se lleva el diálogo permanente entre el sordo y el ciego. Vladimir Terletski |
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