Los trabajadores metalúrgicos de Rusia piden al presidente Medvedev que los proteja de la oligarquía

03.05.2011 — Informes analliticos

Los propietarios de empresas mineras y metalúrgicas de Rusia, ejercen presión en las oficinas de gobierno para establecer un nuevo estándar de seguridad laboral. Si dicho estardar es aprobado, miles de ciudadanos rusos que trabajan en talleres y minas polvorientas, ruidosas y llenas de gases, corren el riesgo de privarse de compensaciones salariales debido a estas condiciones laborales insalubres, así como de vacaciones adicionales. Los representantes sindicales señalan, que detrás de este grave atropello a los derechos de los mineros y trabajadores metalúrgicos, se esconde una trivial falta de deseo por parte de los propietarios de fábricas y minas en remunerar a sus trabajadores a causa de su propia indiferencia con respecto a la salud de sus empleados. Como lo explicó un columnista de "RusBusinessNews", en las grandes empresas del sector el número de puestos de trabajo en condiciones insalubres, crece de con el pasar de los años.

El Comité del Sindicato Regional de Mineros y Trabajadores Metalúrgicos de Sverdlovsk de Rusia, envió al presidente Dmitry Medvedev una misiva firmada por decenas de miles de trabajadores. Los mineros y trabajadores metalúrgicos piden al jefe de Estado no aceptar la nueva clasificación de normas laborales que le impone la oligarquía. Según los empleados, estos actos normativos forzados no alientan en lo absoluto a la modernización del obsoleto sistema de producción por parte de los propietarios.

El enfrentamiento entre los empleadores y los sindicatos fue provocado por el gobierno Ruso, que en 2008 emitió el decreto № 870 que preve beneficios para el personal que trabaja en condiciones insalubres. Estos beneficios incluyen una indemnización (de por lo menos el 4% del salario), vacaciones adicionales pagadas de al menos 7 días al año y una semana laboral más corta. La tarea de desarrollar un sistema para otorgar dichos beneficios fue encargada al ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Federación Rusa. La elaboración de documentos normativos que certifiquen los puestos de trabajo se ha convirtido en una piedra en el camino.

En la actualidad, la indemnización "por insalubridad" se paga de acuerdo a la clasificación establecida en 1974. Las condiciones de trabajo fueron clasificadas hace 37 años en varias categorías: óptimas, aceptables e insalubres. Los representantes de las profesiones incluidas en la tercera categoría tenían derecho a beneficios. Según el Comité del Sindicato Regional de Mineros y Trabajadores Metalúrgicos de Sverdlovsk de Rusia, el 64% del personal trabaja en condiciones antisanitarias o insalubres. Mientras estaban vigentes las antiguas leyes, los empleadores aceptaban este porcentaje, ya que las indemnizaciones eran mucho menores que las previstas por el decreto № 870. La nueva iniciativa de las autoridades que obliga a los productores a deshacerse de los puestos de trabajo en condiciones insalubres no es de su agrado, ya que no tenían planeado gastar más dinero en protección de sus trabajadores y en indemnizaciones.

A los propietarios de minas y fábricas no les gustó la idea de las autoridades de reformar el propio sistema de seguro contra accidentes laborales y enfermedades profesionales. Hoy en día, las contribuciones a la Caja de Seguro Social de Rusia se llevan a cabo de acuerdo a tarifas únicas para las industrias. La reforma del marco regulatorio preve la introducción de tarifas específicas, que dependen del grado de riesgo. En consecuencia, las empresas en las que existen equipos obsoletos, malas condiciones de trabajo y en las que los accidentes son frecuentes, pagarán lo máximo. Las tarifas diferenciadas se crean para alentar a los empresarios a invertir en la mejora de las condiciones de trabajo y reducir los riesgos laborales. El sistema de cálculo de riesgos se basará en los resultados de la evaluación de los puestos de trabajo. Justamente, la oligarquía ha decidido apoderarse de este sistema para aportar menos al fondo de seguridad social.

Según la Jefa Adjunta del Departamento de Seguridad Laboral del Comité Regional de Sverdlovsk GMF de Rusia, Tatiana Bogodyazh, los empresarios tienen la intención de reducir el número de personal que trabaja en condiciones insalubres y hacerlo mediante la revisión de los criterios de nocividad. Han comenzado a preparar un nuevo estándar de seguridad, que define las condiciones de trabajo y los estándares de higiene. En dicho estándar, los empresarios, de una manera astuta han creado una nueva clasificación, según la cual la tercera categoría, a la cual pertence el 40 a 50% de trabajadores de la industria minera y metalúrgica, ha dejado de ser insalubre. Esto se logró a través de una pequeña aclaración, en el proyecto se estipula que si un empleado trabaja con un respirador en un taller lleno de polvo, las condiciones laborales se vuelven normales.

Mientras tanto, las condiciones laborales en las empresas de Sverdlovsk empeoran año tras año. Al Jefe de la Inspección Estatal de Trabajo de la región de Sverdlovsk, Teodoro Kravtsov, le preocupa que en 2010 en los lugares de trabajo, existieron más muertes a causa de enfermedades comunes que incluso a causa de lesiones laborales (125 y 97 respectivamente). Considera que la causas de la mortalidad radican en la profiláctica médica de mala calidad y en las malas condiciones laborales.

Los inspectores del Estado están tratando de alentar a los productores con la promesa de eximirlos de las inspecciones de rutina bajo la condición que se cumplan las exigencias de la legislación laboral. Algunas empresas de la Región de Sverdlovsk ya han recibido "certificados de confianza". Entre estas, no se encuentra ninguna planta metalúrgica. F. Kravtsov supone que posiblemente sus propietarios no estén dispuestos a financiar actividades en materia de seguridad y de esta manera reducir el número de accidentes laborales, lo que es indispensable para la obtención del certificado.

Tatiana Bogodyazh sostiene que la oligarquía de la industria minera y metalúrgica no sólo no esta dispuesta a invertir en la seguridad de sus trabajadores, sino también a prestarle menos y menos atención cada año a las condiciones laborales en sus empresas. En particular, en 2009 en ASA Planta Metalúrgica de Nizhniy Tagil (Evraz Group), el 53% del personal trabajó en talleres en condiciones nocivas y en 2010 el número de puestos de trabajo en condiciones desfavorables desde el punto de vista médico creció en la empresa hasta un 58%. Casi la mitad del personal de la planta trabaja en condiciones excesivamente polvorientas y el 12% respira gases nocivos. Al mayor accionista del Evraz Group, Roman Abramovich, que tan tiernamente se preocupa por la salud de los jugadores del Chelsea, no solo no se alarma por estas cifras sino tampoco por el hecho de que los gases que se acumulan en los talleres son la causa de las tragedias. Por ejemplo, en 2008 en una sección de producción de coque de la fábrica metalúrgica Nizhny Tagil se produjo una explosión que mató a tres trabajadores. Los especialistas declararon que lo que detonó fue una mezcla de vapor de amoníaco y gas de coque. La explosión se produjo cuando los trabajadores encendieron una soldadora.

La oligarquía rusa concentra sus fuerzas en reajustar las normativas que obligan a modernizar la producción en lugar de mejorar las condiciones sanintarias de los talleres. Curiosamente, en esta confrontación entre los ejecutivos y los trabajadores, los altos mandos de las empresas metalúrgicas estan de lado de los empleados, siendo justamente ellos quienes tendrán que explicar el día de mañana a miles de trabajadores por qué sin haber reducido ni una pizca la concentración de polvo y gases en los talleres, fueron privados de un plumazo de una parte de su salario y de vacaciones pagadas.

El Ministerio de Salud y Desarrollo Social de Rusia, asegura Tatiana Bogodyazh, suele ponerse de lado de la oligarquía, por lo que el sindicato de la industria minera y metalúrgica decidió enviar una misiva al presidente Dmitry Medvedev, la cual fué firmada por una gran mayoría de los empleados de ASA Planta Metalúrgica de Nizhniy Tagil, doce mil de los quince mil existentes.

Vladimir Terletskiy